Vive sin Temor con el Respaldo de Dios




Por Carlos de los Santos



Sabemos que solo hay dos poderes: el poder del mal y el Poder del bien. Pero, el primero depende del segundo. ¿Cómo es esto? Sí, leamos en Ezequiel 28:13-15 dice: En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación. Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto eras en todo tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad.
Esta cita bíblica que acabamos de leer, contiene una endecha de doble referencia, ya que por un lado se refiere a la creación del que hoy es Satanás(no que Dios lo creó así, sino que a sí mismo, se volvió diablo, adversario o enemigo), en cuyo momento, como vimos en la cita, era hermoso, lleno de esplendor hasta que cambió su naturaleza original por una contraria a su Creador y por otro lado, se refiere al dictamen que se había decretado de parte de Dios, contra el rey de Tiro.
Colosenses 1:16 dice: Porque en El fueron creadas todas las cosas , las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por  medio de El y para El..

En el capítulo 2, versículo 15, del mismo libro, leemos: Y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz..

Bíblicamente, vemos entonces que el adversario de Dios y de su pueblo, nunca ha tenido capacidad ni poder en sí ni por sí mismo, sino aquel poder que se le ha permitido conservar de parte del Creador; de no haber sido así, es decir, si él hubiese tenido una fuente autónoma de poder, habría podido hacer frente a Dios, ser igual o incluso, derrotarlo, es evidente que nunca ha sido así y que nunca esto será posible. El punto que queremos plasmar aquí es que Dios es quien, por medio de Jesucristo, controla las decisiones finales respecto a cualquier asunto o cuestión tanto en el mundo espiritual como en el material. Por la misma razón, Dios, en su soberanía y si lo considera dentro de sus  propósitos, puede destruir cualquier actividad y anular cualquier plan, hablando en sentido absoluto, del Diablo. Nosotros, los hijos de Dios, no tenemos razón para temerle a Satanás, antes bien, es él quien teme a la autoridad que Cristo ha delegado en nosotros para someterlo a él y a sus seguidores.

Debemos comprender, que las palabras de Lucas 10:19, son para aplicarlas en sentido literal: He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañara.

En II Corintios 10, versículos 4 y 5 ,leemos: Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas.
                                                                                    
En Lucas capítulo 11, versículos 21 y 22, Jesucristo, refiriéndose a Satanás dice: cuando el hombre fuerte armado guarda su palacio, en paz está lo que posee. Pero cuando viene otro más fuerte que él y le vence, le quita todas las armas en que confiaba, y reparte el botín

Por consiguiente, cuando el enemigo, estratégicamente, quiera amedrentarlo por medio de ataques al pensamiento u otro medio, defiéndase con la espada del espíritu( vea Efesios 6:17), que es la palabra de Dios y repréndalo en el nombre de Jesús; él, reconocerá la autoridad que existe, no en usted de por sí, sino en la Palabra de Dios y en el nombre que es sobre todo nombre, Jesucristo.

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