¿Cómo Evito Casarme para luego Divorciarme?

Por Carlos de los Santos. Agosto de 2014. Puerto Plata, Rep. Dom.

Muchas son las causas que llevan al divorcio. En este artículo estaremos estudiando algunas de ellas con el objetivo de que se comprenda que, en la mayoría de los casos, los divorcios no eran necesarios y que pudieron haberse evitado.

Causa 1: el pecado del hombre

Dios, en la Biblia, en Génesis 2:24, dice lo siguiente:  Esto explica por qué el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su mujer para formar un solo cuerpo. Tla.

Pero, antes, les había dicho al hombre y a la mujer   “Quiero que se reproduzcan, quiero que se multipliquen…” (Génesis 1:28, Tla).

Entonces, estudiando esta última declaración dvina, vemos que parte de la función de un matrimonio es procrear.

Sin embargo, tanto el hombre como la mujer se han convertido en objetos dedicados exclusivamente al placer sexual. No se le da más importancia al mandato divino de crear y multiplicarse. El hombre y la mujer se usan el uno al otro como medio excelente de complacencia.

Por lo tanto, desde el momento en que se ve el matrimonio desde la óptica del hombre caído(el viejo hombre, el hombre de pecado,  el Adán que se corrompió por la desobediencia) se parte de un motivo equivocado.

Causa 2: Ataque de Satanás al Plan de Dios

El diablo es opuesto a lo instituido por Dios y cada vez que tiene ocasión propicia para ello, lo combate. El matrimonio no está exento de esto, mucho más cuando él sabe que matrimonios sanos y fuertes producen ciudadanos y sociedades saludables.

Por consiguiente y aprovechando la naturaleza corrompida en el hombre, incita y motiva para hayan más y más divorcios, aun cuando no se justifiquen.  Pocas veces los esposos advierten que determinados conflictos y problemas que se presentan en el matrimonio obedecen a la de planes estratégico pensados y determinados en el infierno para destruir el hogar.

¿Cómo debo ver  el Matrimonio?

Debe ser visto como un mandato divino cuyo es perfecto y sublime.

También es necesario aceptar el matrimonio como un pacto de fidelidad realizado por mutuo consentimiento entre un hombre y una mujer.

Dios es fiel a los compromisos y espera de nosotros la misma aptitud.

Todos deben considerar el matrimonio como algo muy valioso. El esposo y la esposa deben ser fieles el uno al otro, porque Dios castigará a los que tengan relaciones sexuales prohibidas y sean infieles en el matrimonio.  Hebreos 13:4. Tla.

Por eso Dios rechaza la infidelidad y el divorcio.

¡Todos en Judá y en Israel hemos sido infieles a Dios! ¡Todos hemos hecho actos vergonzosos en Jerusalén, en el templo mismo que Dios tanto ama! Los hombres de Judá se casan con mujeres que adoran a otros dioses,  y todavía se preguntan por qué Dios ya no recibe con gusto sus ofrendas. Pues ahora, ¡que acabe Dios con quienes hacen eso, no importa que le traigan ofrendas y que llenen de lágrimas su altar! ¡Y que acabe también con quienes ven esto y no hacen nada para impedirlo! »Dios ha visto lo que han hecho todos ustedes: Cuando eran jóvenes, se casaron y se comprometieron a ser fieles a su esposa. Pero no han cumplido con su compromiso.  Malaquías 2:11,12. Tla.

Jesús les respondió: —Moisés les permitió divorciarse porque ustedes son muy tercos y no quieren obedecer a Dios. Pero Dios, desde un principio, nunca ha querido que el hombre se separe de su esposa. Mateo 19:8. Tla.

¿Cómo evito Casarme y Luego Arrepentirme de Haberlo Hecho?

Para ello lo primero es buscar la ayuda de Dios antes de tomar cualquier decisión al respecto y ver el matrimonio como un acto responsable.  No dejarte llevar por tus impulsos emocionales originados por una atracción por el sexo opuesto. Pues, aunque es natural que esto suceda, no debe ser el parámetro principal para decidir con quién casarse.

Recuerda, no te casas solo por unirte a alguien que tú dices o crees que amas. En este caso, casi siempre, inconscientemente, solo está tratando de satisfacer un deseo que quizá subyace en tu subconsciente.

También, debes de considerar los pros y los contra que se derivan del acto de contraer matrimonio. No debes ilusionarte pensando que todo será como tú desearías.