Cómo Vivir Sin Preocupaciones: Conoce la Realidad


Por Carlos de los Santos





En sentido espiritual, para nosotros la realidad es aquello que sea la voluntad de Dios, independientemente de que tal cosa sea visible o no. Entones, la realidad puede coincidir o no con el mundo físico. Quien determina la realidad es el Espíritu de Dios, su voluntad. No son las circunstancias ni las condiciones del mundo que nos rodean las que determinan el curso de los acontecimientos presentes y futuros.
Es el poder de Dios, por medio de su Espíritu, el que dirige nuestro mundo. Ahora bien, para entender esto en su verdadera magnitud, debemos “hablar el lenguaje” de Dios, el “lenguaje espiritual”. Es mediante la conexión de nuestro espíritu con el Espíritu de Dios que El mismo nos comunica cual es su voluntad. Algo semejante al hecho de que no podemos comunicarnos con alguien con quién no compartimos el mismo código de comunicación, tampoco podremos comunicarnos con Dios, si no es por medio de nuestro espíritu. Nuestra alma no nos permite hacerlo, porque ésta tiene una estrecha relación con nuestra mente. Solo el Espíritu que está en nosotros y que procede del mismo Dios, puede hacer una conexión con su Espíritu, mediante la cual podemos entender el programa de su agenda. En I Tesalonisenses 5:23 leemos : Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida del Señor Jesucristo.   Cuando entendemos esto, entonces dejamos de preocuparnos por lo que esté pasando a nuestro alrededor, en nuestro mundo físico, para nosotros, “mundo irreal”, porque éste no determina nada, éste solo obedece a los dictámenes de Dios. Es por esto que antes de la creación no existió precedente de todo lo que hoy es, fue suficiente con que la voluntad de Dios determinara que fuera y fue. Y nosotros nos preguntamos: ¿Ha menguado el poder de Dios? NO, su capacidad creativa y su poder está latente aun hoy y seguirá latente e inmutable por los siglos de los siglos. Otra cosa es que nosotros con nuestra actitud hacia Dios mantengamos inactivo o activemos solo parcialmente ese poder. Dios está siempre ansioso de que nosotros exacerbemos en El ese poder ilimitado para crear y para manifestar su supremacía sobre todas las demás cosas, visibles o invisibles, animadas o inanimadas. Mas, si nosotros en vez de depender de El, de comprender la realidad(su realidad), lo aceptamos como un Dios de límites o sometido a las circunstancias externas o que ocurren fuera de El, en la mediada de esos límites nosotros lo veremos manifestarse. Nos imaginamos que Dios se entristece grandemente con nuestra actitud ante ciertas circunstancias de la vida. Porque El, en su trono sabe que no hay razón para ello. También su palabra nos dice como debemos encarar cada situación que se nos presenta: creyéndole a El, reconociendo su incomparable Poder y entendiendo que es El quien determina la realidad. Romanos 8:28: dice: Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas le ayudan a bien, esto es, a los que conforme a sus propósitos son llamados.  Si la canasta está vacía, no crea lo que ves, pues en la realidad de Dios, ésta está rebosante. Todo el que cree que para Dios, también está vacía, está diciéndole a El que El no tiene poder para llenarla. Humanamente hablando, ¿qué es más difícil llenar una canasta o crear y mantener el sol, la luna y las estrellas en su posición? Pues esto ha sido hecho por Dios. Veamos Génesis 1:1: En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Imagine lo más difícil que pueda un ser humano imaginar y esto es lo más fácil para Dios. Leemos en Génesis 18:13-14: Entonces Jehová dijo a Abraham: ¿Por qué se ha reído Sara diciendo:¿Será cierto que he dar a luz siendo ya vieja?¿Hay para Dios alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a tí, y según el tiempo de la vida, Sara tendrá un hijo. En esta cita bíblica, el Ángel de Jehová le está diciendo a Abraham, al pasar el tiempo, vas a ver que ni las leyes biológicas, ni las circunstancias, ni ninguna otra cosa, impide que Dios ejecute su propósito. Dios no es un ser circunstancial es una Deidad de planes y propósitos. El, no es un Dios de dificultades, problemas o escasez, sino de soluciones y abundancia. Tampoco es un Dios de diminutivos ni pequeñeces, sino de máximos y superlativos. Atrévase a creerle a Dios, atrévase a captarlo en su mente en su verdadera magnitud, la infinita. Sea valiente y pare de vivir conforme a las circunstancias que le rodean. No limite a Dios en su mente y El se mostrará a usted tal como es, ilimitado.
Comuníquese con Dios empleando términos o palabras del idioma usado en el Trono celestial: prosperidad, abundancia, crecimiento, bendición, ayuda, respaldo, sostén, fortaleza, entre otros. Evite términos tales como: escasez, dificultad, problema, pobreza, difícil, imposible, impotencia, debilidad, entre otros. Cuando usamos estas palabras es extremadamente difícil comunicarnos con Dios. 

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