La Falsa Profecía
Una parte del pueblo de
Dios de hoy día está extraviado de la verdad. Esto, en parte, se debe a la gran
cantidad de profetas falsos que existen. Entre las funciones principales de los que profetizaban
dirigidos por Dios estaba denunciar el pecado e instar al pueblo a volverse
hacia El Señor.
Sin
embargo, en la actualidad los que se dicen ser voceros de Dios (profetas)
tienen como norte hablar de bendiciones, de riquezas, de dinero. Poco o nada se
dice contra el pecado, sobre la santidad de Dios, la venida de Jesucristo entre
otros. La Biblia dice: “Si el profeta anuncia algo y no sucede lo que dijo,
será señal de que Dios no lo envió. Ese profeta no es más que un orgulloso que
habla por su propia cuenta, y ustedes no deberán tenerle miedo»”. Deuteronomio
18:22 Tla.
Entonces, debemos preguntarnos: ¿Ya Dios no está
interesado en que sus hijos vivamos en santidad y que no pensemos acerca del
retorno del Mesías? ¿Ha cambiado El
Señor en el presente tiempo que ya no manda a sus “profetas a decirle a la
gente que se vuelvan a Él? ¿Cuál será la
naturaleza de los motivos de tantas
profecías fallidas del presente? Dejemos que la misma Biblia no arroje luz en
cuanto a las respuestas de las preguntas anteriores.
Dios me contestó: «Esos profetas que
dicen hablar de mi parte, son unos mentirosos. Yo no los he enviado, ni les he
dado ninguna orden. Es más, ni siquiera he hablado con ellos. Sus mensajes son
una mentira, ¡un invento de su propia imaginación! Dicen también que no habrá
guerra ni hambre en este país; pero yo les digo que morirán de hambre o los
matarán en la guerra. No sólo ellos morirán, sino también sus esposas, sus
hijos y sus hijas. Sus cadáveres serán arrojados a las calles de Jerusalén, y
no habrá nadie que los entierre. ¡Así les haré pagar su maldad! Jeremías 14:14
Tla.
Veamos primero el significado en hebreo
del término profeta. La palabra hebrea navi era empleada para designar
aquellos que estaban dedicados al oficio de profeta. Básicamente quiere decir
uno por medio de quien Dios hablaba. Note, por favor, que el mensaje que
entregaban no era de ellos, sino de Dios. Por eso era común la frase “vino a mi
Palabra de Jehová diciendo…”
Pero, vayamos al texto que habíamos
leído anteriormente. Observemos también
que la porción bíblica en cuestión dice “Sus mensajes son una mentira, ¡un
invento de su propia imaginación!”
Entonces, respondiendo una de las preguntas que previamente habíamos
formulado, acerca de la naturaleza de los motivos de tantas profecías fallidas;
la Biblia nos dice que los motivos de ellas son producto de la propia
imaginación del hombre. Pero, veamos la definición del sustantivo imaginación
para que nos afiancemos más. Primero,
facultad del alma que representa las imágenes de las cosas reales o ideales. Segundo,
aprensión falsa o juicio de algo que no hay en realidad o no tiene fundamento.
Tercero, imagen formada por la fantasía. (fuente: Lema.rae.es/drae/?val
imaginación)
Ahora, enfoquemos la frase “sus mensajes
son una mentira” en Jeremías 14:14 y unámosla a la segunda acepción del nombre
imaginación. ¿Qué encontramos? Que la mayoría de las profecías actuales no
tienen fundamento porque no son inspiradas por Dios, sino originadas en la
fantasía humana. Y, por lo mismo, son mentiras y consecuentemente no se
cumplen.
Conclusión
La Biblia nos da
la clave para saber que alguien ha profetizado de parte de Dios: que se cumpla
lo profetizado (vea Deuteronomio 18:22).
Además, hemos identificado el origen de las
profecías falsas: suelen ser producto de la imaginación o la fantasía del
hombre.
Pero también, podemos observar que los
profetas verdaderos, frecuentemente, traen mensajes de arrepentimiento y su
enfoque principal es la salud espiritual del pueblo.
Sin embargo, las falsas profecías se
caracterizan por hacer énfasis en las riquezas, el dinero, el bienestar.
Exaltan el “yo” del hombre y hacen de este el centro de sus mensajes. Colocan a
Dios ante el ser humano como su sirviente. Uno que está para satisfacer los
caprichos humanos. Nada más falso que eso. Cuídese de los falsos profetas.
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