Sueños y Revelaciones a la Luz de la Biblia
Por Carlos de los Santos.
Marzo de 2009. Corregido y aumentado, mayo de 2014. Puerto Plata. Rep. Dom.
Antes de entrar en detalle sobre
este tema, vamos a establecer que aquí, no nos referiremos al sueño entendido
como proceso de estar dormido, lo contrario al estado de vigilia, sino al sueño
como experiencia, éxtasis o visión mientras dormimos.
Los sueños y las revelaciones son
esencialmente lo mismo, es decir, durante ambos se produce una conexión de
nuestro ser interior con el mundo espiritual o cuarta dimensión, entendiéndose
por cuarta dimensión al mundo invisible. En realidad, siempre estamos
conectados con el mundo espiritual, pero, durante un sueño nos hacemos más
conscientes de ello.
Sin embargo, mientras durante el
sueño (éxtasis, visión) nos ponemos en contacto con el mundo invisible con
nuestro organismo en el estado fisiológico de la etapa que se denomina
sueño(dormir), es decir, lo opuesto al estado de vigilia(estar despierto),
durante la revelación, también entramos en conexión con la cuarta dimensión,
pero nuestro organismo sigue en vigilia(despierto). De esto último se deduce
que durante la vigilia estamos al tanto de lo que ocurre y es posible
recordarlo todo o casi todo.
Además, durante el sueño la parte
operativa que se comunica con el mundo invisible es, predominantemente, el
subconsciente. Para recordar nuestra experiencia durante el sueño, es necesario
que esta ocurra mientras se desarrolla la etapa REM(véase el sueño como etapa
fisiológica), que es durante la cual, el individuo recuerda toda o casi toda su
experiencia soñada.
Fuentes de Nuestros Sueños o Revelaciones
Tres son las fuentes en las que
se pueden originar nuestros sueños o revelaciones.
Nosotros mismos: sí, podemos
soñar con lo que anhelamos, lo que pensamos y que está arraigado en lo más
profundo del ser.
Nuestra imaginación: es una
excelente fuente de sueños.
En el mundo espiritual: operan dos fuerzas opuestas: El Reino de Dios
y el príncipe de este mundo, Satanás.
Durante un sueño o una revelación, podemos estar en contacto con
cualquiera de ellos. Es decir, que también podemos soñar porque Dios se esté
comunicando con nosotros por éste medio. Job 33:14-18: Tal vez no nos damos
cuenta, pero Dios no deja de hablarnos;
algunas veces nos habla en sueños, mientras dormimos profundamente; otras veces nos habla al oído; claramente nos
advierte que ya no hagamos lo malo ni sigamos siendo orgullosos; así nos libra de la muerte. Tla.
Génesis 41:25: José le dijo al rey: —Los dos sueños que tuvo
Su Majestad son uno solo. Dios le ha hecho saber a usted lo que piensa
hacer. Tla.
Como vimos anteriormente, también
el diablo puede ministrar en un sueño, por ende, existen sueños falsos, los que
proceden de él y además, los que proceden de nuestra imaginación y/o ilusión. Zacarías
10:2, Pero los ídolos son engañosos; los
adivinos sólo dicen mentiras. Engañan a la gente con sus sueños, y escucharlos
no da ningún consuelo. ¡Por eso ustedes andan perdidos, como un rebaño sin
pastor! Tla.
Por lo tanto, debemos
discernir la procedencia de un sueño o revelación, antes de dar por sentado que
ha sido Dios quien nos ha estado ministrando allí. Dios puede hablarnos en sueño para darnos
alguna respuesta, mostrarnos un plan que ejecutará, como en el caso de José y
el Faraón (véase Génesis 37:5-11 y 41:25),
advertirnos de un peligro, amonestarnos o por otro motivo.
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